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La Conquista del Desierto o Campaña del Desierto fue una campaña militar llevada a cabo por el gobierno argentino contra las naciones mapuche y ranquel, con el objetivo de obtener el dominio territorial de la Pampa y la Patagonia oriental, hasta entonces bajo dominio indígena.
Antecedentes
La Pampa y la Patagonia constituyó una amplia región de los pueblos originarios, que nunca pudo ser conquistada por los europeos, y que desde el siglo XVII se fue unificando bajo la cultura mapuche. Recién a fines del siglo XIX, Argentina y Chile, lograron ocupar la región mediante la guerra contra los indígenas.
A la llegada de los europeos, el sur del continente americano, la Pampa y la Patagonia, estaba poblado por los pampas, los tehuelches (patagones) en la Patagonia oriental y los mapuches en la Patagonia occidental; Tierra del Fuego estaba habitado por una rama de los tehuelches, los selknams (onas), los yámana y los kawéskar.
Con el desembarco de los conquistadores realistas en las riberas del Río de la Plata y la fundación de la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XVI, se produjeron las primeras confrontaciones entre los españoles y el pueblo originario que habitaba la región pampeana, los pampas (het ó querandíes), llamados luego ranqueles, una vez integrados a la cultura mapuche en el siglo XVIII.
A partir del siglo XVII una pequeña cantidad de bovinos abandonados por los españoles en las pampas, se multiplicaron naturalmente hasta conformar enormes manadas de bovinos salvajes. Tanto los pampas y mapuches, ocupantes de esos territorios, como los españoles y gauchos libres, se dedicaron a la caza de esos animales, lo que llevó a enfrentamientos entre unos y otros. Los españoles construyeron entonces una línea de fortines cercana a Buenos Aires y Córdoba, para ocupar zonas exclusivas de caza, llamadas vaquerías. Los pampas consideraron que los europeos habían usurpado invadiendo sus territorios, y durante siglos atacaron sus posiciones mediante un sistema de ataques en masa, denominados malones, utilizando diestramente el caballo, largas lanzas y boleadoras.
Simultáneamente desde la Capitanía de Chile se procedía a un ataque sistemático sobre los mapuches, conocidos también como araucanos, que se conoció como la Guerra de Arauco.
Entre los siglos XVII y XVIII los mapuches impusieron su cultura a la mayor parte de los pueblos indígenas que habitaban la pampa y la Patagonia.
Desde fines del siglo XVIII, los españoles comenzaron lentamente a avanzar sobre territorio ranquel. El río Salado (Buenos Aires), que divide al centro la pampa occidental, se convirtió entonces en el límite entre ambas civilizaciones. Algunos indígenas solían trabajar en las estancias españolas, mestizándose con europeos, negros y otros indígenas. El origen social de los gauchos está relacionado con este proceso de mestizaje.
Tras la independencia en 1816 Argentina mostró una abierta intención de ocupar las tierras de los ranqueles y mapuches.
Las ofensivas coordinadas por Martín Rodríguez en 1823 y Juan Manuel de Rosas en 1833, desde la provincia de Buenos Aires, y de otros ejércitos argentinos desde la región del Cuyo, tuvieron como objetivo conquistar nuevos territorios en poder de ranqueles y mapuches, causando grandes bajas a estos últimos.
Para la segunda mitad del siglo XIX, tanto Argentina como Chile se dispusieron a conquistar completamente los territorios habitados por los mapuches.
En 1872 el jefe ranquel Cufulcurá, con un ejército originario de 6.000 combatientes, atacó las ciudades de General Alvear, Veinticinco de Mayo (Buenos Aires) y Nueve de Julio (Buenos Aires), resultando muertos 300 criollos y 200.000 cabezas de ganado. El hecho ha sido referido como un antecedente inmediato de las campañas emprendidas por el general Julio A. Roca conocidas como la Conquista del Desierto.
La campaña de Alsina
En 1875, Adolfo Alsina, ministro de Guerra bajo el presidente Nicolás Avellaneda, se presentó al gobierno con un plan que más tarde describió como apuntar a poblar el desierto y no a destruir. Entonces se firmó un tratado de paz con el cacique Juan José Catriel, sólo para ser roto corto tiempo después cuando atacó junto al cacique Namuncurá, Tres Arroyos, Tandil, Azul (Buenos Aires) y otros pueblos y granjas en un ataque incluso más sangriento que el de 1872.
Alsina respondió al atacar a los originarios, forzándolos a retroceder y a dejar los fortines en su camino hacia el sur para proteger los territorios conquistados; y, para evitar el transporte del ganado robado construyó la llamada Zanja de Alsina, que sirvió como límite para los territorios sin conquistar.
Los originarios continuaron sus ataques al recolectar vacas de las chacras en la provincia de Buenos Aires y el sur de la provincia de Mendoza, pero la hallaron difícil para escapar con los animales que hacían su marcha lenta y tuvieron que enfrentar a las unidades de patrullaje que los seguirían.
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