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Un estudio de la Universidad de California, en EE.UU., demostró que el ganado tratado con productos biotecnológicos puede reducir la emisión de gases nocivos e incluso aumentar la productividad. ¿Hasta qué punto son beneficiosas estas prácticas para la salud humana?
Entre las bondades más reconocidas de la biotecnología se encuentran el incremento de la producción de alimentos y el desarrollo de prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente. Pero lo que muchos ignoraban es que los desarrollos que la componen también permiten reducir la emisión de gases nocivos producidos por el ganado vacuno. (Lea: Cultivos transgénicos evolucionan para incrementar productividad del campo)
Este señalamiento ha sido recientemente confirmado a través de un estudio presentado por Clayton Neumeier, estudiante de doctorado de la Universidad de California, quien junto a otros investigadores llevó a cabo un trabajo de campo con un grupo de ejemplares vacunos que fueron manipulados con productos biotecnológicos, para demostrar que así era posible reducir las emisiones de gases nocivos.
Durante el estudio se trataron diferentes grupos de vacas a través de hormonas sintéticas, agonistas y beta-adrenérgicos que ayudan a los animales a crecer más rápidamente y a producir más leche. Ante esto, Kim Stackhouse, directora de Sostenibilidad de la Asociación de Ganaderos de Vacuno en EE.UU., afirmó que espera que haya nuevas mejoras en este sentido a medida que la producción sea más eficiente y así poder “hacer más con menos”. (Columna: Valor de las biotecnologías en el ciclo productivo)
Esta posición contrasta abiertamente con la opinión de voces expertas en la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán. Para Cesar García, subgerente de Ciencia y Tecnología de la entidad, la tendencia actual del consumidor colombiano y de los países del trópico es a elegir productos orgánicos para llevar a la mesa.
“A la fecha no se ha podido demostrar cuál es el impacto real que genera en la salud humana el uso de hormonas sintéticas dentro del proceso productivo alimentario. Por eso, desde Fedegán le apostamos a la producción de alimentos inocuos y saludables a través del desarrollo de pasturas y forrajes de alta calidad”, señala García. (Lea: Nuevas tecnologías fortalecerán la seguridad alimentaria en el mundo)
Mientras tanto, investigaciones como la de la Universidad de California sostienen que al aumentar la producción de leche en las vacas, las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyen considerablemente porque las ganaderías requieren menor número de animales para suplir la demanda y por ende, menos espacio y menos recursos. “Son herramientas valiosas y que no deben intimidar el uso de la biotecnología”, puntualiza, en un comunicado, Kim Stackhouse.
Pero el debate queda abierto. Cesar García, de Fedegán, promueve los beneficios de los alimentos orgánicos por contar con un balance de nutrientes más alto y baja presencia de residuos de hormonas y pesticidas. “Si bien la tecnología aporta valor a la ganadería, puntualmente ese tipo de prácticas las queremos evitar acá. Tal vez en países de Europa y del Norte de América sean habituales, pero para nosotros es fundamental la defensa de alternativas más saludables”, concluye el ejecutivo.
La industria biotecnológica ha dirigido su investigación sobre el desarrollo a variedades resistentes a insectos que permitan la reducción de pesticidas, lo que favorece al medio ambiente y disminuyen la cantidad de seres humanos intoxicados por agroquímicos; variedades que presentan mejores características nutricionales y variedades que reducen los costos de producción.