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La Batalla de Chapultepec se libró el lunes 13 de septiembre de 1847 en el cerro del mismo nombre, en las cercanías de la Ciudad de México.
El ejército de los Estados Unidos de América había invadido a la República Méxicana en el episodio conocido como Guerra del 47, so pretexto de violaciones territoriales en la zona de Texas que pertenecía a México desde época de la Colonia. Una parte del ejército estadounidense atacaba por el norte del país y otro contigente estadounidense había desembarcado en el puerto de Veracruz y avanzaba hacia la capital mexicana. En aquel entonces, en el Cerro de Chapulín (chapultepec en idioma náhuatl) se encontraban las instalaciones del Colegio Militar comandado por el general José Mariano Monterde con menos de 50 alumnos y un número reducido de defensores sobrevivientes de las anteriores batallas, y auxiliada la defensa por el Batallón de San Blas al mando del Teniente Coronel Felipe Santiago Xicoténcatl. Al estar situado en un punto prominente en el poniente del Valle de México, era uno de los últimos reductos que restaban en la defensa de la capital; el punto estaba a las órdenes del anciano general Nicolás Bravo, héroe de la Independencia.
Una vez rodeadas las defensas orientales del Valle de México, los estadounidenses derrotaron a los restos del ejército mexicano en las funciones de armas de Padierna, Churubusco y el Molino del Rey. Sólo quedaba entre el ejército invasor y la capital el cerro de Chapultepec, que no era una fortaleza ni mucho menos, sino el domicilio del Colegio Militar; no obstante, a su alrededor se habían realizado apresuradamente ciertas obras de fortificación pasajera.
Se le encomienda al batallón de San Blas auxiliar la guarnición del Castillo de Chapultepec, desafortunadamente, el ejército invasor bombardea durante todo el día 12 la linea de defensa por lo que el batallón empieza a ser diezmado, es entonces cuando, Xicohténcatl ve al abanderado de su batallón caer, corre a tomar la bandera, pero es herido, con todo su esfuerzo trata de tomar la bandera pero de nuevo una bala lo hiere, toma la bandera, se pone en pie de nuevo y anima a sus hombres a seguir combatiendo, pero de nuevo es gravemente herido y cae envuelto con la bandera de su batallón, una vez tomada la posición con relativa facilidad por las divisiones de Worth, Quitman y Pillow, que enfrentaron a una pequeña guarnición de 823 soldados y 43 cadetes, con 4 cañones. La entrada a la Ciudad de México quedó expedita para el ejército estadounidense.
Dentro de este episodio se ubica el evento conocido en México como el "Martirio Heroico de los Niños Héroes de Chapultepec". Unos días antes de la batalla, el General Mariano Monterde, Director del Colegio Militar le pidió a los Cadetes que se fueran a sus casas, pues el Colegio se utilizaría como baluarte de defensa. Algunos alumnos le solicitaron permiso para permanecer acuartelados y defender al país de los invasores hasta la muerte.
Las edades de los cadetes oscilaban entre los 14 y 18 años; los instructores Oficiales a cargo tenían un poco más de edad, pero seguían siendo muy jóvenes en comparación de otras experimentadas autoridades militares. El resto de la tropa de primera línea se encontraba muy reducida pues los remanentes habían sido desplazados hacia varios puntos de defensa alrededor de la Ciudad de México; y la mayor parte del ejército de línea ya había sido destrozado en el norte y oriente del país.
En el fragor de la batalla se solicita permiso al General Nicolás Bravo para huir con los cadetes, pero el general no quiso o no pudo decidir un curso de acción, principalmente por el estado tan crítico en que se encontraba la defensa después de la deserción en masa de la mitad de los efectivos de línea. Lo único que parece que pudo hacer fue asignar a los remanentes del Batallón de San Blas a los dormitorios y a la protección de los cadetes que quedaron a defender el castillo. Sin órdenes que cumplir y viendo al enemigo avanzar, los cadetes líderes trataron de decidir el curso a seguir intentando salir todos por el lado del jardín botánico pero varios cadetes (Juan Escutia, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca) prefirieron quedarse a pelear con los otros soldados del Batallón de San Blas quienes se colocaron al lado del jardín botánico para proteger la salida de los cadetes más jóvenes, entre ellos Francisco Márquez y Miguel Miramón decisión errada ya que provocó que la salida de los cadetes estuvieran a tiro fácil de los soldados estadounidenses. No obstante las muertes de Juan Escutia, Vicente Suárez y Fernando Montes de Oca, (este último muerto al saltar por la ventana, una vez protegida la salida de los demás), los cadetes sobrevivientes lograron huir siendo protegidos en la retaguardia por un aguerrido Francisco Márquez que a sus 14 años logró mantener a raya al enemigo hasta perecer.