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que le permitía conservar el sur de la Galia), y los visigodos entraron en la Tarraconense el 415.
Ese mismo año Ataúlfo fue asesinado en Barcelona. Walia, su sucesor, trató de establecer a su pueblo en África, pero una tempestad dio al traste con sus intenciones. Los visigodos, faltos de víveres, proponen una alianza con el Imperio romano, en nombre del cual se encargarían de combatir a los suevos, alanos, vándalos, asdingos y silingos, que ocupaban las provincias de Hispania (excepto la Tarraconense),[cita requerida] y a entregar a Gala Placidia; a cambio Honorio les enviaría suministros. Así, los visigodos acaban con los vándalos silingos de la Bética y los alanos de la Lusitania, pero Honorio cambia de planes y vuelve a instalar a los visigodos en la Galia en el 418.
Reino visigodo
Reino de Tolosa alrededor del año 500 (la imagen no es exacta pero es muy buena para comparar).
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Reino visigodo de Tolosa
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En 418, en virtud de un pacto se asientan en la provincia romana de Aquitania Secunda en el sur de las Galias y logran fundar un reino con capital en Tolosa (la actual Toulouse).
Intervienen como aliados del Imperio para someter a otras tribus en Hispania y en 451 participan en la derrota de los hunos en la batalla de los Campos Cataláunicos.
La cúspide del poder visigodo fue alcanzada durante el reinado de Eurico (466-484), quien completó la conquista de España, salvo la Gallaecia (en poder de los suevos hasta 585, año que la conquistó Leovigildo).
En 507, Alarico II fue derrotado en Vouillé por los francos de Clodoveo I, perdiendo todas sus posesiones al norte de los Pirineos excepto la Septimania o Galia Narbonense (de población galorromana). Esta provincia, de vital importancia para el comercio de la época, se mantuvo hasta el final en poder del Reino visigodo de Hispania. Las ciudades de Narbona y Toledo (la capital de Hispania) constituyeron los polos de la política visigoda.
Reino visigodo de Toledo
Conversión de Recaredo I del arrianismo al catolicismo, por el pintor Muñoz Degrain.
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El reino visigodo conquistó la península ibérica en 415 en la época de transición de la Edad Antigua a la Edad Media.
Entraron en la península en 427 al mando de Teodorico I con el encargo de someter a otros pueblos germánicos a cambio de tierras. Arrinconaron a los suevos en Galleacia, acabaron con los alanos y obligaron a los vándalos a trasladarse a África.
Tras un período de dominación ostrogoda, Amalarico restablece la independencia del reino y establece la capital en Narbona, hasta que los francos penetran en la Narbonense y huye a Barcelona. Posteriormente Toledo llegaría a constituirse en la nueva capital visigoda de Hispania.
Bajo el reinado de Atanagildo los bizantinos se instalaron en el Levante, y no fueron expulsados hasta el reinado de Suintila en 625. Durante el reinado de Leovigildo se consolida el estado visigodo al que se incorpora el reino suevo. Su sucesor Recaredo se convierte al catolicismo y bajo su reinado tiene lugar el III Concilio de Toledo.