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El Verbo de la Revolución, nombre con el que también se le conoció a Camilo Torres Tenorio, es uno de los personajes claves del movimiento independentista de nuestro país. Desde su conocido Memorial de Agravios escrito en 1809 y titulado originalmente Representación del muy ilustre cabildo de Santafé a la Suprema Junta Central de España, en el que planteaba el descontento por la desigual participación política de los criollos frente a los peninsulares y su insistencia en que el Nuevo Reino de Granada al igual que las provincias españolas se declarara soberana, se convirtió en uno de los próceres de la independencia.
Camilo Torres Tenorio nació en Popayán el 22 de Noviembre de 1766. Tras vivir en diferentes zonas del occidente del virreinato de la Nueva Granada, llega a Santa Fe a los 22 años para continuar sus estudios en el Colegio del Rosario, empezando una agitada vida política que lo llevaría a convertirse en uno de los próceres de nuestra independencia.
El primer hecho que relaciona a Camilo Torres con el ambiente político que se vivía en la Nuevo Reino de Granada, tuvo lugar cuando tras la Traducción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, hecha por Antonio Nariño (Santafé, 1793), lo que originó el cierre de la Tertulia El Arcano Sublime de la Filantropía, la cárcel y el exilio para algunos granadinos y un proceso seguido contra varios alumnos del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, entre los que se contó a Camilo Torres. Allanada su biblioteca, se encontraron gran cantidad de libros en francés que fueron llevados para que la Inquisición los analizara.
En 1808 cuando Napoleón impone en el trono español a su hermano José y la noticia llegó al Virreinato de la Nueva Granada el 14 de enero de 1809, Camilo Torres se opuso, y lo manifestó en diferentes espacios. Torres proponía seguir el ejemplo de las provincias españolas que se proclamaron soberanas para apoyar al rey Fernando VII (y no para revertir su autoridad), posición que aún sostenía el 20 de julio de 1810. El 19 de abril de 1809 corrió la noticia falsa de la retirada de Napoleón de España, y en la Nueva Granada se levantó un grito unánime de ¡Viva Fernando VII!.
El 12 de junio de 1809 se celebró una misa solemne ofrecida por el cabildo antes de las elecciones de representantes del Nuevo Reino en las Cortes de Sevilla, suprema autoridad legislativa; en la terna de preselección de los santafereños se encontraba Camilo Torres. Fue electo Luis Eduardo Azuola, y Camilo Torres quedó como asesor del cabildo santafereño. Desde esta posición Torres escribió su célebre "Memorial de agravios", como respuesta del cabildo de Santafé a La Junta Central Española ante la intención de permitir la presencia de americanos en la Junta, pero en un número irrisorio. En el Memorial, Torres expuso las quejas de los neo-granadinos. Sin dejar de alabar a la autoridad española, criticó su política y exigió la igualdad de derechos políticos para criollos y peninsulares; expuso cómo el actual sistema educativo era un gravísimo error para la difusión de conocimientos y cómo España no recibía sino los beneficios que podía obtener de América, pero no oía sus males.
La crueldad de las autoridades españolas en la colonia generaba un proceso de inconformidad tal, que se produjeron varias manifestaciones de rebelión. El 13 de enero de 1810 se conoció en Santafé que había sido controlada la insurrección en los Llanos Orientales y decapitados los patriotas revolucionarios José María Rosillo y Vicente Cadena. La rebelión del 7 de julio de 1810 en la villa del Socorro y los hechos del 20 de julio de 1810 en Santafé, cuando el español José González Llorente trató mal a dos criollos un viernes día de mercado, hizo que la muchedumbre reclamara cabildo abierto. Entre los cabildantes estaban Camilo Torres y José Acevedo y Gómez, el Tribuno del Pueblo, quienes firmaron el Acta de independencia de la Junta Suprema de Santafé.
Posterior a los hechos del 20 de Julio de 1810, Camilo Torres ocupó el cargo de presidente del Congreso de las Provincias Unidas entre 1812 y 1814, volviendo a ocupar este cargo entre 1815 y 1816, año en que es tomado prisionero por las tropas de Juan Sámano en julio de 1816, a los 50 años; lo remitieron a Popayán, antes de enviarlo a que lo juzgaran los tribunales del terror en Santafé, a donde llegó el 2 de octubre. El 4 fue el consejo de guerra y el 5 de octubre de 1816 fue ejecutado en el Colegio de Santo Tomás, después de serle confiscados sus bienes. Su cabeza se exhibió en la picota a la salida de Santafé, donde permaneció hasta el 14 del mismo mes, cuando Morillo permitió que le dieran sepultura por ser el día del cumpleaños del rey Fernando VII.