Respuestas
¿Qué tipos de energía consumimos?
Aunque el consumo de energía se mide en tep, en realidad el sector doméstico utiliza muchos tipos de combustibles diferentes, algunos procedentes del petróleo, pero otros no.
La electricidad supone la tercera parte del consumo de energía en los hogares. Y la electricidad, a su vez, se produce en centrales térmicas (que queman carbón, petróleo o gas), nucleares y renovables (principalmente hidráulicas y eólicas). Un minúsculo porcentaje procede de paneles fotovoltaicos. Es el uso más versátil de todos, empleado para todo tipo de aplicaciones.
Butano y propano (gases licuados del petróleo) suponen una quinta parte. Se emplean en calefacción, producción de agua caliente y cocinas.
Los combustibles sólidos incluyen carbones y leñas. Se utilizan casi exclusivamente para calefacción, y suponen una quinta parte del consumo total.
El gas natural es el tipo de energía doméstica de más rápido crecimiento. Se usa para las mismas aplicaciones que los gases licuados del petróleo, y supone una sexta parte del consumo.
El gasóleo C supone algo más del 10% del consumo. Se usa exclusivamente para calefacción y agua caliente.
La energía solar térmica (paneles solares para producir agua caliente) supone un porcentaje muy pequeño del consumo total. No obstante, parece estar en crecimiento, y desde luego es un tipo de energía ideal para ciertas aplicaciones en el sector doméstico.
Como se deduce de esta lista, los hogares se abastecen en un 80/90% de energía fósil (carbones, derivados del petróleo y gas natural). La energía renovable procede de la electricidad generada en centrales hidráulicas, de la leña y de los paneles solares, tanto térmicos como fotovoltaicos, así como de las centrales eólicas
Eso depende en gran medida de la región donde se encuentre nuestra casa, ya que el gasto energético de la calefacción es con mucho el mayor de todos. En provincias del interior como Soria y Ávila, la demanda de energía para calefacción es mucho mayor que en provincias costeras del Sur y Levante. No obstante, el consumo de energía para aire acondicionado está creciendo con rapidez en provincias con veranos largos y muy calurosos.