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Político y abogado guatemalteco, nacido en Quetzaltenango el 21 de noviembre de 1857 y muerto el 24 de septiembre de 1924. Fue presidente de Guatemala entre 1898 y 1920.
Manuel Estrada Cabrera nació en el seno de una familia humilde. Estudió derecho y fue un abogado mediocre y de capacidad limitada. Durante el mandato del presidente José María Reina Barrios entre 1892 y 1898, fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, representante y ministro de interior y de justicia.
Tras el asesinato de Reina Barrios, Estrada Cabrera accedió al poder de una forma constitucional reconocida, aunque fue siempre mirado como un político rural mediocre. La violencia del asesinato del anterior jefe de estado resultó ser una introducción apropiada a los veintidós años de terror en los cuales sumió el mandato de Estrada Cabrera a Guatemala y a Centroamérica. En ese periodo imperó la crueldad y la corrupción, y la invulnerabilidad de su cargo contribuyó indudablemente a la longevidad de su administración.
Al igual que el padre del liberalismo guatemalteco, Justo Rufino Barrios (1873-1885), Estrada Cabrera fue un típico dictador latinoamericano, cuidadoso a la hora de acercarse a la poderosa élite que manejaba los cafetales. A través de su presidencia, Estrada Cabrera fomentó la creación de una sociedad caracterizada por ayudar a los grandes terratenientes, fomentar la economía de exportación y centralizar el poder político. Los dictadores no suelen delegar poder en cargos inferiores, y Estrada Cabrera no fue una excepción a esa regla.
Durante la presidencia de Estrada Cabrera, la naturaleza elitista de la sociedad guatemalteca llegó a ser cada vez más evidente. En vez de un desarrollo verdadero, emergió una oligarquía de hacendados y terratenientes, sobre todo productores de café, que utilizó su fuerza económica para construir un estado que protegió su estatus dominante, tanto social y como políticamente. Aunque el desarrollo económico y la modernización fueron evolucionando de forma moderada durante las primeras dos décadas del siglo XX, se presentaron serios problemas políticos y sociales asociados a esta actividad económica creciente y a la carencia de desarrollo.
Fue significativo, no obstante, el crecimiento rápido de una clase media en la capital y un grupo numeroso de estudiantes concienciados con la situación política, pero ninguno de estos colectivos fue aceptado dentro de la masa política del país. El efecto acumulativo de estas fuerzas, aumentado por la naturaleza extremadamente represiva de la administración de Estrada Cabrera, fue un caldo de cultivo para las revueltas contra el dictador.
Entre 1917 y 1918 al desencanto cada vez más generalizado del pueblo vinieron a sumarse las consecuencias de una serie de terremotos devastadores que dejaron sumida en escombros la parte izquierda de la Ciudad de Guatemala. La indiferencia mostrada por Estrada Cabrera ante los terremotos, junto con la protesta estudiantil de aquellos años, despertó una reacción hasta ese momento desconocida en la capital del país. En abril de 1920 quedó definitivamente demostrada la incapacidad del dictador de adaptar la república a las condiciones políticas y sociales cambiantes y perdió su cargo. Tras su destitución fue encarcelado, y murió en prisión en 1924.
Nació el 13 de julio de 1842 en Buenos Aires (Argentina).
Quedó huérfano muy pronto y su abuela se encarga de su educación.
Incorporada Buenos Aires a la Confederación, se adhirió a la Constitución Nacional y publicó el opúsculo Signun Foederis (El signo de la Confederación). En 1861 apareció El génesis de nuestra raza, obra en la que replicaba al profesor Gustavo Minelli. Un año después apareció publicada otra réplica, El catolicismo y la democracia en la que respondía a Francisco Bilbao, que sostenía la incompatibilidad de democracia y la religión. En 1865 presenta: Ensayo histórico sobre la revolución de los comuneros del Paraguay en el siglo XVIII, y comenzó a escribir la Historia de la Provincia de Misiones (obra inconclusa). En 1866 fue profesor en la Escuela Normal, donde desarrolló Lecciones sobre la Historia de la República Argentina, compiladas luego en un libro que publicó la Revista Argentina.
Fue nombrado Secretario de Relaciones Exteriores y se hizo cargo de la enseñanza de Instrucción Cívica en el Colegio Nacional. En 1869, es nombrado Jefe del Departamento General de Escuelas. En 1871 pasó a formar parte de la Convención Provincial Constituyente, encargada de redactar y sancionar la Constitución provincial de 1874. En 1873, es elegido diputado por Buenos Aires y también fundó el periódico El Argentino.
A partir de 1880 inició una lucha en defensa del catolicismo. Fue nombrado presidente de la Asociación Católica y fundó en 1882 el diario La Unión. Es elegido diputado nacional y en el Congreso, pronunció discursos como los que enmarcaron el tratamiento de la Ley de Matrimonio Civil, sancionada finalmente en 1888.
Apoyó el gobierno de Juárez Celman y se icorporó a la Unión Cívica.