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¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en la vida marina?
La acidificación del océano produce una reducción de la cantidad de iones carbonato en elagua. Muchos animales marinos necesitan iones carbonato para el carbonato cálcico
indispensable en la formación de esqueletos y conchas. Esto afectará su desarrollo y su
capacidad de reproducción, llegando a suponer un peligro para sus poblaciones.
Entre las especies más inminentemente amenazadas están los corales, cangrejos,
langostas, almejas y ostras.
La disminución de especies menos conocidas, como los pterópodos (pequeños caracoles
marinos), tiene un efecto importante a niveles más altos de la cadena alimentaria. Los
pterópodos son una importante fuente de alimentación para muchos tipos de peces, ballenas y pájaros de las regiones polares y subpolares.
También son preocupantes los efectos en los corales, ya de por sí altamente sensibles al
entorno, puesto que un cuarto de todas las especies marinas depende de los arrecifes
de coral como refugio, guardería, fuente de alimentación y área de desove. Es decir, nueve millones de especies marinas, incluidas cuatro mil especies de peces. OCEANA prevé que en este siglo haya una extinción masiva de los corales tanto en aguas tropicales como frías si no se controlan las emisiones de carbono.
¿Qué efectos tendrá la acidificación del océano en los seres humanos?
Si se produce un mayor descenso en las poblaciones de peces y crustáceos, esto tendrá un gran impacto en una fuente importante de proteínas para millones de personas. En 2006, el pescado supuso al menos el 15% de la ingesta media de proteínas animales para 2,9 miles de millones de personas.
También se verá negativamente afectado el medio de vida de los 47,5 millones de
pescadores que hay en el mundo. Además, la industria pesquera da empleo a otros 120
millones de personas, que sustentan al 8% de la población mundial.
¿Qué podemos hacer para prevenir esto?
La causa de la acidificación del océano son las emisiones humanas de dióxido de carbono, producidas principalmente por la quema de combustibles fósiles para el transporte (coches, autobuses, trenes, barcos, aviones), para algunos procesos industriales y para la producciónde electricidad (centrales eléctricas de carbón, petróleo y gas).
El nivel de las emisiones humanas de dióxido de carbono se suele obtener midiendo la
concentración de este gas en la atmósfera terrestre. Dicho nivel está actualmente en 385
partes por millón. El “punto crítico” para los arrecifes de coral (cuando se extinguirán sin poder recuperarse) será cuando las concentraciones de dióxido de carbono alcancen las 450 ppm. A la velocidad actual de crecimiento, esto ocurrirá entre mediados y finales de siglo.
Para que los océanos vuelvan a la normalidad, las concentraciones de dióxido de carbono tendrían que estabilizarse en 350 ppm o menos. Esto supone una reducción de las emisiones globales en un 80-90% antes de 2050. Sólo podremos conseguirlo con un cambio a gran escala de combustibles fósiles a fuentes de energía alternativas (eólica, solar).