Respuestas
Es evidente la singularidad de la región que solemos llamar Latinoamérica, y sin embargo, las pautas de sus diversas comprensiones suelen sujetarse a moldes extraños –ajenas a su realidad histórica- para explicar tal territorio. Dentro de estas explicaciones se encuentran las historias nacionales, las proyecciones nacionales teleológicas y los destinos manifiestos de cualquier índole. No obstante, la necesidad de explicar coherentemente para diversos fines la situación latinoamericana, supone la discusión y superación de estas disímiles explicaciones inclinándonos a comprender medianamente la singularidad iberoamericana desde nuestra lectura. La pertinencia -mayormente impertinencia- de estas explicaciones salta a la vista, al momento de comprender la actualidad económica, los proyectos de modernización, las continuidades y rupturas culturales y a la conclusión general sobre el “fracaso” latinoamericano. Nos referimos a la necesidad de una explicación medianamente congruente y comprensiva que implique el análisis de la región latinoamericana tomada como conjunto.
Es necesario preguntarse si nos podemos referir a un fracaso en términos de un capitalismo mal implantado, de una pobre industrialización y de una política económica mal gestionada o, por lo contrario, a la incómoda idea de un sistema capitalista mundial perfectamente integrado pero no homogéneamente, sino un capitalismo centrípeto, un capitalismo que necesita de sus periferias, de fronteras establecidas dentro de un sistema de producción mundial; de un flujo en términos de beneficios económicos hacia fuera de Latinoamérica. En este sentido me es pertinente averiguar, si es posible, desde esta pequeña revisión, el lugar que ocupa Iberoamérica dentro de este esquema de la producción mundial y entender la relación de las naciones latinoamericanas dentro de este contexto, en el papel que les corresponde, respecto de la distribución mundial del capitalismo y, de esta forma, explicar y percibir los procesos singulares de esta región así como apreciar si es justificada la opinión de fracaso o, más bien, el ejemplo del éxito de la lógica del capitalismo mundial, presentándose la ilógica del capital como la contraparte lógica de la explotación a la periferia de éste, pero, por lo mismo, como consecuencia, podemos entrever que capitalismo no es sinónimo de industrialización y asimismo distinguir alternativas de industrialización y desarrollos nacionales concretos, singulares y racionalmente posibles a la luz del análisis de los hilos conductores del capitalismo y algunas de sus contradicciones dentro de los procesos que convergieron en la formación de estas naciones americanas y sus historias de vida desde sus primeras etapas nacionales, las cuales presentan a la luz de estas comprensiones, las líneas de un argumento general perfectamente discernible. :v espero te ayude