Respuestas
Las causas de la caída del Imperio Romano se detallan a continuación en la siguiente lista:
Antagonismo entre el Senado y el Emperador
Una de las principales causas que explican la caída del Imperio Romano, consistió en el antagonismo sostenido entre el Senado y los Emperadores. El Emperador romano poseía el poder legal para gobernar sobre los asuntos religiosos, civiles y militares del estado, con el Senado actuando como cuerpo consejero. El Emperador tenía el poder sobre la vida y la muerte, eran poderosos, caprichosos y acaudalados, lo que trajo como consecuencia que se volvieran corruptos, y muchos de ellos se abandonaran a un estilo de vida perverso, inmoral y engañoso. En no pocas ocasiones, los Emperadores sufrieron el antagonismo del Senado, pues ocurría que los senadores no simpatizaban con el Emperador, o este se oponía a los criterios del Senado.
Pérdida de la moral
Otra de las causas fundamentales que dieron al traste con el Imperio Romano, residía en la pérdida de la moral. Este deterioro, especialmente en la clase alta, la nobleza y los Emperadores, trajo un impacto devastador en el pueblo romano. Ejemplo de ello, encontramos en la inmoralidad y la promiscuidad de los actos sexuales, incluyendo el adulterio y las orgías. Algunos Emperadores como Tiberio, mantenían grupos de jóvenes muchachos para sus placeres, Nerón disfrutaba del incesto, e incluso poseía un esclavo castrado para tomarlo como esposa, Heliogábalo forzó a una virgen vestal para contraer matrimonio y Cómodo, famoso por su harén de concubinas, enfurecía a la multitud romana sentándose en el teatro o en los juegos, vestido con prendas de mujer.
Decadencia de Roma
Esta pérdida de la moral, también afectó a la clase baja y los esclavos. Las fiestas religiosas, conocidas como Saturnalia o los Bacanales, consistían en la realización de sacrificios, canciones obscenas, actos lascivos y un derroche de promiscuidad sexual donde muchas veces, estos actos bestiales y otros sucesos obscenos tomaban también lugar en la arena del Coliseo como mera forma de entretenimiento. Los burdeles y la prostitución forzada florecieron, al igual que el consumo masivo de alcohol, y los juegos de azar en los combates de gladiadores, donde no faltaba la crueldad sádica hacia el hombre y las bestias de la arena.
Corrupción política y de la Guardia Pretoriana
El poder de la Guardia Pretoriana, la élite de soldados que componían la escolta personal del Emperador, también cayó en un abismo de corrupción política, a tal punto, que su potestad les permitía a este grupo masivo de soldados, decidir cuándo un Emperador debía ser depuesto y cuándo debían nombrar uno nuevo. La historia de Sejano, comandante de la Guardia Pretoriana durante el reinado de Tiberio, ilustra el poderío de los pretorianos. En cierto punto, la Guardia Pretoriana llegó a subastar el trono del Imperio al mejor postor.
Rápida expansión del Imperio
El rápido crecimiento de las tierras conquistadas por el Imperio condujo a una necesidad de defender las fronteras y los nuevos territorios de Roma. Los pueblos conquistados, al que muchos romanos se referían como los bárbaros, mostraban un marcado odio hacia sus conquistadores. Los impuestos establecidos a estos pueblos eran tan altos y abusivos, que las rebeliones se volvieron un suceso frecuente.
Guerras constantes y alto gasto militar
Las frecuentes sagas bélicas llevadas a cabo por el Imperio, requerían de un presupuesto militar excesivamente grande. El ejército romano se volvió cada vez más numeroso, y la demanda de soldados era imparable. Los bárbaros, una vez conquistados, eran autorizados a unirse al Imperio Romano en calidad de mercenarios extranjeros.