Respuestas
La vida de Agustín de Iturbide refleja como pocas los vaivenes del proceso que condujo a la emancipación de México. En 1810 condenó la temprana insurrección independentista del cura Hidalgo, y desde el bando realista combatió y derrotó a sus seguidores. En 1821 se unió al bando independentista: acordó con Guerrero el Plan de Iguala y, tras la rápida victoria de su Ejército Trigarante, puso fin a tres siglos de dominación española. Proclamado emperador con el nombre de Agustín I con gran júbilo de la población, en 1823 se vio obligado a abdicar y al año siguiente fue fusilado por los republicanos.Hijo de un terrateniente español y una criolla noble, Agustín de Iturbide dejó muy pronto sus estudios en el seminario de su población natal para enrolarse en el ejército realista a la edad de catorce años. A los 22 se casó con Ana María Huarte, con quien tendría seis hijos. En 1810 se negó a participar en la insurrección contra los españoles dirigida por el cura Miguel Hidalgo, y defendió la ciudad de Valladolid contra las fuerzas revolucionarias; su notable actuación le valió el ascenso a capitán.
Con este nuevo grado, Agustín de Iturbide combatió a las guerrillas independentistas, y acabó por capturar a Albino Licéaga y posteriormente al líder que, tras la muerte de Hidalgo en 1811, había tomado las riendas de la insurgencia: Ignacio López Rayón. Este logro le valió el ascenso a coronel. Posteriormente fue nombrado comandante general de la provincia de Guanajuato, donde se distinguió por su implacable persecución de los rebeldes.
Con la captura y ejecución en 1815 del sucesor de López Rayón, José María Morelos, la sublevación independentista pareció definitivamente sofocada; quedaba únicamente como cabeza visible Vicente Guerrero, que se replegó hacia el sur. Un año después, diversas acusaciones (abuso de autoridad y malversación) propiciaron que el virrey Félix Calleja destituyera a Iturbide, pero fue absuelto de todos los cargos gracias al apoyo del auditor Bataller.En 1820, y por peregrinos caminos, el proceso emancipador resurgió de sus cenizas. En la metrópoli, el pronunciamiento de Rafael de Riego contra el absolutismo de Fernando VII daba inicio al trienio liberal (1820-1823); el monarca español se vio obligado a jurar la constitución de Cádiz.
En el virreinato, la oligarquía absolutista veía peligrar sus privilegios; los conspiradores del llamado Plan de la Profesa querían impedir a toda costa la deriva liberal, llegando a plantearse el establecimiento en México de una monarquía independiente, cuyo cetro sería ofrecido a un príncipe borbón. El virrey Juan Ruiz de Apodaca nombró a Agustín de Iturbide comandante general del Ejército del Sur y le encomendó la tarea de someter o ganar para su causa a las tropas de Vicente Guerrero.
Al comprender que no conseguiría derrotar fácilmente a Guerrero, Iturbide se sumó a la causa independentista, sabedor de que las élites del virreinato, antes que aceptar un régimen liberal, preferirían la independencia como modo de perpetuar el absolutismo en el país. Iturbide se reunió con Guerrero y, juntos, presentaron el llamado Plan de Iguala (24 de febrero de 1821), un programa político cuyos objetivos se basaban en tres principios irrenunciables: la independencia de México, la igualdad de derechos para españoles y criollos y la supremacía de la Iglesia Católica en el nuevo estado.