Respuestas
Las actividades cotidianas están compuestas de múltiples movimientos de diversa complejidad. En la realidad no existe un único movimiento aislado enmarcado por una contracción tónica y su correspondiente distensión. Este movimiento, reducido a su máxima simplicidad es como el punto de una línea, la “célula” del movimiento, el movimiento básico.
Las acciones por el contrario, están formadas por series de movimientos encadenados unidos secuencialmente.
Una secuencia de movimientos está constituida formando una unidad clara y perceptible, con un principio, un recorrido y un final. Y también con un significado, sobre todo si queremos realizar un movimiento expresivo.
Podríamos comparar el movimiento –las secuencias de movimientos-, con el lenguaje. El movimiento más simple sería similar a una vocalización o a una letra. La secuencia de movimientos más elemental correspondería en el lenguaje, a una palabra, cualquiera que sea el número de sus letras.
Una letra aislada, al igual que un único y simple movimiento, no tienen ningún significado. Una palabra, sin embargo, adquiere ya una significación. Las palabras pueden unirse entre sí formando frases, enriqueciendo y ampliando el significado.
Igual puede hacerse -y se hace- con los movimientos. Por esta razón, a la secuencia de movimiento la llamamos también “frase de movimiento”.
-Aunque más ilustrativa y bella es la denominación de Luria: Melodía cinética -melodía de movimientos-, porque además del encadenamiento añade la fluidez, y el ritmo melodioso, que los movimientos deben deben mostrar-.
Las frases -tanto de palabras como de movimientos- pueden seguir uniéndose formando un texto o un poema, expresando y transmitiendo imágenes, sentimientos o emociones.
En el aprendizaje espontáneo del movimiento -y también del lenguaje-, no se aprende hoy a realizar un movimiento único, mañana otro, y así hasta concluir con todos los movimientos o letras del abecedario, para pasar después a una segunda lección en la que aprenderíamos a enlazar una letra con otra formando palabras, o un movimiento con otro formando secuencias. El movimiento y el lenguaje se aprenden en la vida, a través de nuestra relación con el entorno y las demás personas, recreando el medio en el que vivimos, expresándonos y comunicándonos con los demás. Cuantas más posibilidades tengamos de movernos y relacionarnos, más rico se irá haciendo nuestro lenguaje verbal y corporal. Cuanto más podamos investigar, jugar, disfrutar y recrear nuestro lenguaje, mejor será nuestra comunicación.
Al principio, los movimientos son descoordinados, impulsivos, rudimentarios, balbucientes, globales. No se sabe ajustar la tensión que cada movimiento requiere. No hay independización segmentaria o articular, por lo que se producen muchos movimientos parásitos innecesarios que en lugar de enriquecer, adornar o embellecer la acción, la afean y ensucian. Se sufren desequilibrios, cortes o paradas que rompen la unidad de la acción. No se calculan bien las distancias ni las trayectorias. No se mantiene un tempo continuo y unitario. El movimiento parece que se realiza a golpes, unas veces yendo deprisa y otras cortando lo que se está llevando a cabo. A veces parece haber inquietud por acabar, y otras, no saber qué hacer. En definitiva, no hay control ni fluidez de movimiento. No hay melodía cinética.
En el lenguaje ocurre un proceso similar, cuando comenzamos a hablar. No se vocaliza bien. Se confunden los sonidos y las letras. No se ordenan adecuadamente. La realización no es limpia, tiene tachaduras, retoques, rectificaciones. La expresión es confusa y el significado por tanto, tampoco es claro.
La escritura es un proceso complejo y difícil de realizar, tanto a niveles expresivos como técnicos, sino iguales, si similares al movimiento. Se inicia a una edad relativamente tardía desde el nacimiento, porque requiere un grado de maduración neurológica. El niño ha debido llegar antes a un cierto dominio y control del movimiento junto con una relativa estructuración temporal y espacial. Antes ha tenido que realizar muchos “palotes” y “garabatos” correspondientes a la etapa de movimiento rudimentario. La escritura, a niveles técnicos, es un acto motor que requiere un gran ajuste del tono muscular, independización, coordinación y secuencialidad.
{Espero y te sieva :v . )