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OPINIÓN
La crisis bananera
Un desafío que exige lo mejor del Estado y de la sociedad
14 octubre, 2000
Compartimos la sensación de frustración e impotencia de los bananeros nacionales, especialmente la de los productores independientes. Comprendemos la angustia de los trabajadores y de las personas y pequeñas empresas que dependen directa e indirectamente de esa actividad para su supervivencia. La crisis es de origen externo y, aunque es poco lo que se puede hacer para combatir sus causas, sí existen algunas acciones que a nivel nacional e internacional se pueden adoptar. Lo importante en este sentido es que ni el Gobierno ni el país permanezcan indiferentes.
La producción bananera ha sido un factor determinante para Costa Rica. De aquí la repercusión significativa de su entorno internacional. El banano constituye una fuente importante de divisas, alrededor de $650 millones en los últimos años, lo que representa alrededor del 10 por ciento de las exportaciones totales. Genera más de 32.000 puestos de trabajo directamente asociados con la actividad y alrededor de 150.000 empleos indirectos, ubicados en su mayoría en una zona en donde el desempleo abierto es uno de los más altos del país. Y, aunque en los últimos años no ha generado sumas importantes por impuestos sobre la renta, los gravámenes a la exportación son los más altos entre los países competidores: $0,18 por caja, comparado con $0,01 en Guatemala, 0 en Ecuador y $0,16 en Colombia.
La competencia es dura, sobre todo con Ecuador, cuya producción ha venido inundando los mercados internacionales. Mientras que en Costa Rica la mano de obra cuesta $21,63 por día, incluyendo cargas sociales, que son altas, en Ecuador cuesta solamente $6,39 pues el nivel de salarios mínimos y cargas sociales son más reducidos. Para ellos, la caja de banano cuesta $4, mientras que las multinacionales compran la caja a nuestros productores independientes en $5,20. Hay, además, otras distorsiones que afectan al productor nacional, como las elevadas tasas de interés que cobran los bancos por sus préstamos, más los altos costos de ciertos servicios públicos, como electricidad, telecomunicaciones, seguros y los servicios portuarios.
Es evidente que a los precios prevalecientes en el mercado internacional, la rentabilidad neta de la producción bananera es casi inexistente. Y si a ello se suman los impuestos de exportación, las empresas comienzan a trabajar con pérdidas, por lo que solo aquellas con muy alta productividad sobreviven. Eso explica por qué las compañías internacionales ubicadas en Costa Rica están dejando de comprar a los productores independientes. Y aunque nos disguste mucho esa situación frente a los nacionales, tenemos que reconocer con realismo sus limitaciones. Por eso, debería el Gobierno estudiar la posibilidad de reconsiderar los impuestos que actualmente pesan directamente sobre las exportaciones, pues afectan la poca (o ninguna) rentabilidad de los exportadores.
En el plano internacional el problema sigue siendo serio. Con el deterioro de los mercados para el consumo en Rusia y China, la sobreproducción proveniente de Ecuador, Colombia y otros países, y el proteccionismo europeo para proteger a sus colonias, que son menos eficientes, los precios se han deteriorado. El incremento en los precios del petróleo y la depreciación del euro frente al dólar también han significado duros golpes para ese sector productivo. Y ahora, para colmar los males, se pretende sustituir el sistema de cuotas en la Unión Europea, en el que se garantizaba a Costa Rica una cuota aceptable, por un sistema de "primero en entrar; primero en salir", cuyo mecanismo impondría un elemento de alto riesgo para el productor nacional, pues no se le garantizaría ninguna cuota y se le obligaría, además, a deambular de puerto en puerto tratando de colocar la producción. Por esa razón, creemos que este sistema que se podría adoptar en noviembre debe ser adversado fuertemente por nuestro Gobierno, utilizando para ellos todos los canales diplomáticos y comerciales a su alcance. Estamos, en suma, ante una crisis que exigen del Estado y de la sociedad el aporte de sus mejores virtudes para salir adelante.
espero que te sirva.:D