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Desde la prehistoria se sabe que el hombre ha buscado la forma de comunicarse, siendo el dibujo una de las principales, tomando un lenguaje gráfico, que permitió a los más antiguos hombres comunicar sus ideas y pensamientos entre sí. Los primeros dibujos se remontan en el Paleolítico Superior, hace 35.000 años, cuando el Homo sapiens representaba sobre las superficies rocosas de las cuevas o sobre la piel de los abrigos, animales que cazaba.
Posteriormente los egipcios supieron valerse de este arte para decorar las construcciones más imponentes de la historia como lo son las pirámides. Había pasado miles de años y el dibujo había evolucionado substancialmente, pero es hasta el Siglo VI a.C. en los griegos los máximos representantes del equilibrio en el dibujo; se preocuparon por centrarse en la expresión cándida humana, la despojan de todo abalorio o connotación sobrenatural, consiguen centrarse y obtienen las proporciones consideradas armónicas hasta el momento. Pero fue 500 años después donde Los romanos aportaron la diversidad que faltaba al dibujo en donde surgieron los primeros planos y con ellos nació la arquitectura. El dibujo técnico ya precisaba de mayor técnica y conocimientos matemáticos que lo que se había forjado hasta el momento. Sabemos que desde el comienzo de los tiempos, los artistas utilizaron dibujos para expresar ideas estética, filosóficas o abstractas grafía.