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Los gatos, como todos los mamíferos, presentan respiración pulmonar. La respiración pulmonar junto a la presencia de glándulas mamarias, una de las características de los animales mamíferos. Los gatos respiran de diversas formas dependiendo de su estado de salud y su nivel de actividad.
El sistema respiratorio de los gatos cuenta con tráquea, diafragma, pulmones, bronquios y alveolos pulmonares.
El diafragma es el encargado de realizar los movimientos respiratorios necesarios para llenar de pulmones de aire y luego expulsarlo. El diafragma se contrae para provocar un vacío en la cavidad torácica con el fin de llevar el aire a los pulmones, luego se relaja para sacarlo.
El sistema respiratorio de los mamíferos tiene como fin realizar el intercambio gaseoso por difusión en los alveolos pulmonares.
Esto se realiza en dos fases:
Inspiración: Es la entrada del aire del sistema respiratorio
.Espiración: Es la salida del dióxido de carbono del sistema respiratorio luego de ser reemplazado por el oxígeno en los alveolos pulmonares a través del proceso de difusión. Este proceso permite el paso de un fluido de un nivel de mayor concentración a uno de menor concentración. Así, el dióxido de carbono pasa a los pulmones y el oxígeno a la sangre.
Tipos de respiración de los gatos
Respiración rápida
Es provocada por estrés, dolor y emociones. También luego de realizar ejercicio físico. Respira unas 60 a 90 veces por minuto.
Respiración lenta
Se produce por envenenamiento, encefalitis o shock.
Jadeo
El gato abre su boca y absorbe grandes cantidades de aire. Se da durante la actividad física o si está expuesto al calor.
Respiración ruidosa
Se da cuando el conducto respiratorio se encuentra obstruido o el gato presenta enfermedades en las vías respiratorias superiores.
Respiración rasposa
Es más ruidosa que la anterior. Se da cuando se presenta un objeto extraño en la garganta o está esta inflamada.
Respiración en hilo
Suena como un silbido, se da por el estrechamiento de la tráquea o tubos bronquiales.
Respiración poco profunda.
Se da cuando algo restringe el movimiento de las costillas. Suele asociarse a fractura de costillas.