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August Pullman, pequeño de diez años de edad, nació con graves deformaciones faciales ocasionadas por un complejo problema genético, después de 27 cirugías -algunas realizadas para facilitarle la acciones de comer y respirar, y otras tantas con el fin estético- “Auggie” sigue deseando ser “normal” como el resto de los niños de su edad; por esta razón decide formar parte de una escuela ordinaria y enfrentar su baja autoestima, pero el reto no será únicamente para el joven Pullman, sus padres y hermana mayor también aprenderán de esta nueva etapa en sus vidas.
El drama familiar encontró en la mano del director Stephen Chbosky (The Perks of Being a Wallflower, 2012) una manera entretenida de ser contada la complicada vida que llevan cada uno de los integrantes de la familia Pullman. Ya que uno de los grandes aciertos fue dotar de importancia a las personas que rodean al pequeño August; los complejos casos médicos no se vuelven exclusivos del paciente, sus seres queridos tienen que alterar su modo de vida drásticamente, y es justamente de este modo como Chbosky decidió contarnos la historia, lo que lleva a un argumento balanceado entre personajes y momentos importantes.
Pero esto no refiere a una inmaculada perfección dentro de su libreto. Distintos personajes secundarios carecen de personalidad, ya que la mostrada en la pantalla es transformada de un momento a otro, un individuo difícilmente cambia de parecer en un corto tiempo, pero que un niño lo haga sin los motivos correctos lo vuelve poco creíble. Además la película se encuentra dividida en capítulos, uno habla de “Auggie”, otro de su hermana, de su mejor amigo y de este modo continúa para retratar un completo panorama, sin embargo estas explicaciones son mantenidas a flote durante unos pocos minutos, después se cae ésta buena idea de conocer profundamente al resto de personajes para volver nuevamente con el chico protagonista de esta historia.
El grupo actoral conformado principalmente por: Jacob Tremblay, Izabela Vidovic, Owen Wilson y la ganadora del Óscar en 2001, Julia Roberts, hace un buen trabajo al interpretar la montaña rusa de emociones que la historia demanda. Cada uno de los actores mantuvo una línea de autenticidad al no sobreactuar ni obligar al espectador en ningún momento a sentirse bien o mal por los momentos mostrados, al contrario, crean cierta conexión que lleva a formular un pacto con ellos y la historia, si te impacta de una u otra manera lo hará por la bien llevada interpretación.
Estas historias requieren crear una complicidad única entre el director y su reparto, y la complejidad aumenta cuando de niños se refiere, y esta película tiene a muchos de ellos. Pero el innegable tacto de Stephen Chbosky para trabajar con pequeños y obtener un ambiente sentimental y, por supuesto reflexivo, dota al resultado final una sensación de haber estado inmerso en gran parte de la trama.
Wonder es un drama familiar que busca poner sobre la mesa temas sociales como la discriminación, igualdad y honesta amistad infantil. En compañía de August, el público tendrá momentos agradables proporcionados por su inocencia, además del profundo pensamiento dirigido a los adultos: ¿cómo enfrentas los problemas en tu vida? ¿Rendirse de verdad es una opción? Estas encrucijadas reflexivas harán que veas siempre con una sonrisa a tu familia y seres amados. Esta no es una cinta que muestre con alto grado de exigencia el oficio cinematográfico, pero sí es una que disfrutarás durante sus casi dos horas de duración y saldrás más que satisfecho de la sala de cine.
espero que te sirva :D