El desarrollo de los pueblos aborígenes de América y la formación de grandes civilizaciones como la maya y la azteca
Respuestas
comenzaron alrededor de 1.500 a. de J. C, prolongándose en determinados lugares hasta la aurora de nuestra Era, nos son conocidas por vestigios de cerámica (alfarería) y por pequeñas figurillas humanas modeladas en arcilla. En el valle de México (El Arbolillo, Tlatilco, Zacatenco), las poblaciones dependían principalmente del cultivo del maíz, pero sin que la caza, la pesca y la agricultura fueran abandonadas.
Todo estaba por descubrir para los hombres de esta época, que no solamente fueron los primeros agricultores, sino también los primeros tejedores y los primeros grandes artistas de aquellos lugares.Se celebraba un culto a la fertilidad y existía una noción religiosa del más allá, como nos lo demuestran los ritos funerarios: los cuerpos eran enterrados, y pequeñas figurillas de arcilla se colocaban directamente junto a los cadáveres; los rasgos del rostro de las figurillas y los ornamentos del vestido estaban sugeridos por la técnica del barro cocido (añadido de molduras y de bolas de arcilla o por incisiones horizontales para marcar los ojos y la boca), representando hombres o mujeres de cuerpo delgado u obeso, normal o deforme, a veces incluso monstruoso.EL ANTIGUO IMPERIO MAYA
Desde hace cincuenta años, la jungla del Yucatán y de las riberas atlánticas de México, así como la de ciertas regiones de Guatemala, han puesto al descubierto las ruinas de la más famosa civilización de América Central: la de los mayas. Para los mayas, como para los demás pueblos de estas regiones, todo comenzó con el descubrimiento del maíz, que aprendieron a cultivar. Convertidos, desde entonces, en sedentarios, algunos de ellos pudieron dedicarse a actividades intelectuales, artesana-les o artísticas, en las que muy pronto destacaron.
La génesis de esta civilización, que floreció primeramente en el sur, en Guatemala (Uaxactún) y en Honduras, fue muy larga, y solamente en los siglos III y IV d. de J. C. se manifestó una alta cultura, cuyos centros más importantes fueron las ciudades de Palenque, Copan y Tikal. En el período de formación, se desarrolló entre los mayas una jerarquía sacerdotal que dirigió todas las actividades.
De todos los antiguos pueblos de la América Central, los mayas parecen haber sido los más místicos, los más intelectuales, preocupándose más de sus deberes frente a los dioses y de las investigaciones de las artes de la escritura y de los cálculos astronómicos, necesarios para la elaboración de un calendario exacto, que de la organización de su tribu como un poderoso pueblo imperialista.CRISIS Y APOGEOS: FIN DEL ANTIGUO IMPERIO
Los datos de orden cronológico proporcionados por las estelas-calendarios acusan una interrupción que coincide, por lo demás, con una crisis que debió de dejar sentir sus efectos a través de toda la América Central. A partir del 550 d. de J. C, parece que toda actividad de construcción, que todo desarrollo cultural se hayan detenido en América Central y en México, sin que todavía podamos conocer las verdaderas causas.TOLTECAS Y AZTECAS
Los primeros levantaron la pirámide de Teotihuacan, en México, dedicada al Sol, cuyo culto pasó posteriormente a los aztecas. La religión de los aztecas obedecía a una teología complicada, en la cual el dios supremo era Tloque Nahauque. El número de dioses era grande y no sólo se consideraban el sol, la luna, el viento y las fuerzas de la naturaleza como divinidades, sino también las serpientes, los jaguares y otros animales. Huitzilopochtli era el dios de la guerra cuyos beneficios era necesario impetrar con sacrificios humanos. Ésta fue la parte más cruel y sanguinaria de la religión azteca. El joven elegido para ser sacrificado en las fiestas propiciatorias gozaba de toda clase de inmunidades y atenciones durante un año.
Doncellas escogidas le acompañaban y el pueblo le colmaba de regalos, pero en el altar del sacrificio, llegado el momento decisivo, el sacerdote le abría el pecho y mostraba a los fieles su corazón palpitante. El número de sacrificios humanos solía rebasar el millar en el transcurso de un año. Según los aztecas el universo estaba dividido en una serie de cielos a modo de capas horizontales. En la inferior reinaba Michtlantecuhtli, el dios de la muerte que guardaba a los difuntos en compañía de su esposa Mictlancihuatli. Todos los hombres iban a parar al reino de los muertos excepto los que sucumbían en la guerra, en un sacrifico expiatorio o morían ahogados.
(para que no se les aga muy largo)
comenzaron alrededor de 1.500 a. de J. C, prolongándose en determinados lugares hasta la aurora de nuestra Era, nos son conocidas por vestigios de cerámica (alfarería) y por pequeñas figurillas humanas modeladas en arcilla. En el valle de México (El Arbolillo, Tlatilco, Zacatenco), las poblaciones dependían principalmente del cultivo del maíz, pero sin que la caza, la pesca y la agricultura fueran abandonadas.