lectura de la cometa
Luego, colocan el hilo y le ponen una cola de tela muy larga y de muchos colores. Ya está lista para
volar.
Aprovechando una suave brisa, Jaime corre por su cometa hasta que ésta, como si estuviera
animada, comienza a elevarse poco a poco hasta convertirse en un pájaro más.
• Seis años
• Siete años
• Ocho años
2.- ¿Cómo se llama él?
• Jaime
• Jorge
• Juan
3.- ¿Qué le gusta ver a Jaime en el parque?
• Las flores
• Los pájaros
• Las cometas
4.- ¿De qué colores son las cometas?
• Verdes, rojas, amarillas y azules
• Verdes, rojas y amarillas
• Verdes, rojas, azules y blancas
5.- ¿Cuándo Jaime va a construir una cometa?
• El sábado
• En verano
• El domingo
• Con su tío
• Con su padre
• Con el profesor
• Cortan el papel y lo pegan en las varillas
• Pegan el papel en las varillas
• Cortan el papel y lo cosen a las varillas
9.- ¿Qué hace Jaime cuando terminan de construir la cometa?
• Pinta su cometa
• Corre con su cometa
• Enseña su cometa a los amigos
10.- ¿Cuántas cometas ha construido Jaime?
• Dos
• Una
• Ninguna
• Papel de colores, hilo, pegamento y varillas
• Papel de colores, pegamento y maderas
• Papel de colores, pegamento, cuerda y varillas
Respuestas
Respuesta dada por:
2
Carolina iba caminando como todos los días a comprar a la tienda de Don Honorio cuando vio en el suelo una vieja cometa, estaba rota, algún niño la habría tirado porque ya no podía volar.
Carolina pasó de largo, pero por un momento creyó ver la cometa con una lágrima en sus ojos. Eso no era posible pero le pudo la curiosidad, dio media vuelta y la recogió.
Cuando llegó a su casa buscó a su padre:
– Por favor papá me tienes que arreglar esta cometa, la he encontrado tirada y está rota, creo que está triste porque no puede volar.
– Me temo hija, que la cometa está demasiado rota, no creo que pueda llegar a volar.
Carolina creyó ver otra lágrima en la cara de la cometa, eso es imposible, pensó, las cometas no pueden llorar.
Voy a buscar a Sebastián, siempre tiene buenas ideas, pensó.
– Hola Sebastián, mira lo que he encontrado, una cometa rota, creo que está triste, ya se que eso es imposible, pero creo que a veces llora.
– Sí claro que es posible Carolina, respondió Sebastián, una cometa que siempre ha estado volando, ahora que no puede, tiene que estar triste, pero no la podemos dejar así. Se me ha ocurrido una idea.
Los dos chicos salieron corriendo a la tienda de don Honorio.
– Hola Don Honorio, ¿Todavía le quedan globos de esos que regala a los niños que cuando los soltamos suben hacia el cielo?
– Sí, claro chicos, esperad que voy a buscarlos a la trastienda. Tomad todavía me quedan unos cuantos, os lo regalo, sois buenos clientes.
Carolina y Sebastián fueron al prado de al lado del rió, y ataron los globos a la cometa, agarraron la cuerda y soltaron los globos.
La cometa empezó a subir muy alto, hasta que la cuerda que tenía agarrada Carolina, quedó tirante.
– Carolina, la cometa siempre ha volado muy alto, pero esta cuerda nunca la ha dejado ser libre, dijo Sebastián.
Carolina pensó que era hora de que la cometa fuese libre de verdad así que soltó la cuerda. La cometa empezó a subir muy, muy alto hasta que se perdió de vista, como si hubiese alcanzado el cielo.
Carolina y Sebastián vieron caer unas gotas al suelo, parecían lágrimas.
Mira Carolina la cometa está llorando, pero creo que esta vez es de felicidad.
La cometa cuando no estaba rota había hecho felices a muchos niños, y ahora aunque ya no servía, Carolina y Sebastián la habían ayudado a volar y esta vez seguro que llegaría al cielo, la cometa miró hacia abajo y les dio las gracias.
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cometas. Algunas son verdes y rojas, otras son amarillas y azules.
Su papá le ha dicho que el domingo van a hacer una cometa. Por eso, han ido a comprar
papel de colores, hilo, pegamento y unas varillas muy livianas.