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Si bien fueron los chinos los inventores del papel, lo egipcios de hace bastantes años eran conocidísimos por el uso del papiro. De hecho fueron los egipcios los primeros en plasmar signos, dibujos o palabros en un soporte orgánico: El papiro.
Con esto, los egipcios pudieron, a partir de ese nuevo soporte, difundir su escritura de una manera bastante efectiva. Digamos económica.
Así pues, gracias a los egipcios hoy día tenemos nuestros buzones llenos de panfletos y catálogos, tenemos en nuestras casas tres modelos distintos de páginas amarillas. Gracias a los egipcios los periódicos regalan miles de suplementos de usar y tirar. Gracias a los egipcios usamos pañuelos, servilletas, paños de cocina, toallitas.. ¡todo de papel! Gracias a los egipcios, en las empresas (en las casas no tanto) es fácil imprimir cualquier pamplina en folios nuevos cuantas veces sea necesario...
En definitiva, gracias a los egipcios existe un sinfín de derroches sobre celulosa que nos va a dejar sin nuestros amigos de madera que nos proveen de oxígeno, fruta y sombra. Está clarísimo que fueron los egipcios los percusores de la destrucción vegetal y del fracaso del reciclaje. Qué le vamos a hacer. Es una gran desventaja de la civilización egipcia.
Por contra, y frente a todo esto, hay una gran ventaja dada por esta antigua civilización. Es la llamada " majestuosidad del domingo por la mañana", es decir, la alegría de ir al quiosco a comprar el periódico y un euro de churros.
Gracias a los egipcios este sueño mitad matutino, mitad estival, es posible. Piensen ustedes si no, lo complicado que sería dicho ritual si el envoltorio de los churros o los periódicos en vez de papel fuesen de mármol, como los periódicos de los romanos.
Por ejemplo, en el puesto de churros:
- ¿Me da usted una lápida de churros? ¡de dos raciones!
- Tenga usted, son dos euros.
- ¡Vaya! no tengo suelto. ¿Me lo apunta en un marmolillo y mañana se lo pago?
- Por supuesto, ahora lo apunto con el cincel que tengo aquí en la oreja.
O en el kiosco:
- Buenos días. Deme usted el periódico de hoy, en edición de mármol, y el dominical de granito.
- Tenga usted. ¿Quiere el coleccionable?
- ¿De qué es?
- Papelillos y serpentinas del mundo.
- No gracias, ya llevo bastante peso.
En fin amigos, un martirio dominical del que por ahora nos hemos librado. ¿Cómo creen ustedes que sería hoy nuestro planeta de no haber sido por los egipcios? ¿Cómo serían los cotillones de fin de año, con confeti de grava y serpentinas de estalactita? ¿Y el papel higiénico, sería lava aséptica? ¿Cómo se jugaría a "piedra, papel o tijera"? Tal vez el cólico nefrítico desembocase en "folio en el riñón"...
Cuenten aquí sus historias de la vida sin los egipcios, seguro que al leerlas más de uno se va a quedar de piedra.
¡Hasta otra!