Respuestas
El término de la guerra fría no dio paso, desafortunadamente, al apaciguamiento generalizado que cabía augurar.
Aunque para algunos conflictos, localizados en las líneas de ruptura de las antiguas confrontaciones ideológicas y de las luchas de influencia, hubo una salida mediante negociaciones o gracias a la victoria militar de una de las partes, otros han perdurado. Además, se han desencadenado nuevos conflictos, más numerosos que los que se han resuelto.
A escala mundial cabe, pues, comprobar que hay actualmente una multiplicación de conflictos y una progresión de la guerra. En 1995, se han contabilizado más de 30 conflictos armados.
El desencadenamiento de nuevos enfrentamientos y el aumento de la inseguridad y de los disturbios en varias partes del mundo se caracterizan por elementos, a menudo acumulativos, que desempeñan un papel primordial en relación con el respeto debido a la población civil, la propagación de la violencia y la multiplicación de las violaciones del derecho internacional humanitario. Son éstos:
Explosión del mercado del armamento y proliferación de ciertas armas
Durante años, el control y la discipl ina que ejercían las superpotencias en los respectivos ámbitos de influencia se reflejaban también en el mercado del armamento. El equilibrio del terror contribuía a evitar la proliferación de ciertas armas, en particular de las armas de destrucción masiva, fuera de determinados circuitos. Desde entonces, en cuanto al comercio de armas se ha registrado un desarrollo sin precedentes. La afluencia masiva de armas, procedentes de los ingentes arsenales constituidos durante la guerra fría (y a menudo saqueados), ha permitido un abastecimiento a grupúsculos de todas las tendencias, incluso a simples bandidos. Esta afluencia es un factor de tensiones suplementarias que pueden convertirse rápidamente en verdaderos conflictos armados. Los recursos generados por el tráfico de armas se utilizan también con regularidad para desestabilizar otras zonas.
Desintegración y derrumbamiento de las estructuras estatales
En varias regiones del mundo se ha registrado una amplia gama de crisis políticas insuperables y violentas que ha conducido al hundimiento de Estados antes considerados como estables. Hay que tener en cuenta también la repentina aparición de una plétora de " beligerantes " dotados, por la fuerza de las cosas, de una gran autonomía, sin hablar de la multiplicación de elementos aparentemente incontrolados y de tiradores emboscados que matan sin escrúpulos a personas civiles inocentes. En muchas situaciones, resurge la guerra privada. Las guerras civiles y étnicas hacen estragos en extensas comarcas sumidas en el caos, en la anarquía y en la mayor inseguridad. A largo plazo, esto da paso a la destrucción del sistema social, a la completa desaparición de toda forma de autoridad, exceptuada la del fusil, y a la negación de los valores fundamentales. Los conflictos son así más complejos y los sufrimientos de las personas civiles más masivos y más extensos. Además, los llamamientos al respeto y a la protección de las víctimas pierden, con frecuencia, todo su sentido, dada la ausencia de dirigentes políticos y militares identificables.