Respuestas
Reciclaje de residuos, productos y materiales. De esta forma evitamos que la demanda de artículos aumente y que las fábricas, a su vez, produzcan nuevas unidades. El impacto medioambiental será menor.
Prolongando la vida útil de los objetos. Esta es una medida en sintonía con la anterior y que invita a usar la creatividad. Por ejemplo, unos jerseys de lana viejos y gastados pueden no valer para el día a día, pero, si se deshacen y tejen nuevamente, pueden convertirse en una mantita de entretiempo.
Uso de la bicicleta o de otros medios de transporte alternativos y, sobre todo, que no contaminen el medio ambiente.
Consumiendo responsablemente. Adoptando hábitos de consumo responsable como la compra de productos de Comercio Justo o el ahorro en nuestro consumo de energía nos aseguraremos de que nuestro consumo –que es inevitable– tenga el menor impacto sobre el planeta y también sobre el propio ser humano.
Incorporando al menú platos vegetarianos. La ganadería está muy relacionada con la emisión de gases de efecto invernadero. Según informa Greenpeace, más del 14% de los gases de este tipo se deben a esta actividad. Puedes contribuir a reducir este dato de una manera realmente deliciosa: prueba alguna de las recetas vegetarianas que encontrarás en la guía gratuita Comida Saludable de Oxfam Intermón. ¡Plantarle cara a la contaminación nunca fue tan rico y saludable!
Prestando atención al tipo de cultivo de los alimentos frescos. La agricultura ecológica cuida al planeta: protege los suelos, respeta los ciclos naturales de crecimiento, evita el uso de sustancias químicas u organismos genéticamente modificados.
Fijándonos en la etiqueta de nuestras prendas de ropa. La tendencia de comprar una prenda, usarla, y tirarla después para comprar nuevamente otra está consumiendo recursos naturales como el agua. Afortunadamente, hay opciones más sostenibles para el planeta, como los textiles de Veraluna, una marca de Comercio Justo que emplea fibras naturales de origen orgánico, o la empresa Ecoalf, que confecciona prendas con materiales de desecho.
Construcción de un huerto urbano. También podemos cultivar nuestros propios alimentos en casa, de forma natural y sin alterar los ciclos naturales del medio en el que nos desenvolvamos. ¡Si te animas, en el post Como construir un huerto urbano casero tienes mucha información sobre cómo empezar uno!
Como puedes observar, con unos sencillos gestos puedes ayudar a reducir la contaminación de la atmósfera y cuidar del planeta. Pero solo con la participación conjunta y transmitiendo activamente una concienciación a las personas de nuestro alrededor es posible frenar la contaminación de nuestro entorno.